Escribir es una catarsis y una forma de poner ideas, que son etereas, en un mínimo plano de materialidad como para no quedarse siempre con los nebuloso. Es la única forma que encuentro de crear un corpus ordenado de mi pensamiento, aunque debo admitir que más de una vez, al leer mis viejos textos, termino no estando de acuerdo con todo lo que escribí en el pasado. Pero eso es parte del riesgo de solidificar lo etereo.
Este texto es un intento de correrme de la idea general de que "la positividad" es la mejor actitud para con la vida. Creo que estamos tan metidos en forzarnos al optimismo que no dejamos espacio a la posibilidad de ser cínicos y desconfiados.
La idea surgió después de visitar varias grandes empresas donde te vendian que todo era genial y a mi no paraba de hacerme ruido.
Los invito entonces a leer esta celebración del cinismo negativo, una poderosa herramienta que muchos prefieren que nunca sepamos como usar.